Con unas varillas batir enérgicamente hasta que los huevos tomen un color blanquecino y hayan aumentado su volumen, éste de debe triplicar ya que de ello depende la esponjosidad de este bizcocho que no lleva levadura.
Añadir la harina en forma de lluvia, mezclando bien con un tenedor cuidado de que el volumen de los huevos no baje.
Engrasar un molde apto para microondas y verter la mezcla.